25 de noviembre de 2025
Mis queridos amigos en Cristo.
Al entrar en este tiempo de gratitud, nuestros corazones y mentes se dirigen a las muchas bendiciones que Dios ha puesto en nuestras vidas.
Muchas familias y amigos se reunirán para tener celebraciones alegres en torno a abundante comida, rodeados del amor de sus seres queridos y de los muchos dones que nuestro Padre celestial nos ha concedido. Nos sentimos agradecidos por todos los dones recibidos, pero el Día de Acción de Gracias no termina con palabras y gestos. Todos hemos escuchado alguna vez la pregunta, probablemente cuando éramos más jóvenes: “¿Y cómo demuestras tu agradecimiento?”
Como nos recordó recientemente nuestro Santo Padre el Papa León, Jesús se identificó con los pobres y marginados. Cristo enseñó que todo lo que hacemos por los necesitados, lo hacemos por Él. También habló de los muchos rostros de la pobreza: la pobreza extrema de quienes carecen de lo necesario para vivir; la pobreza del inmigrante; la pobreza del marginado; la pobreza espiritual de aquellos que tienen suficientes bienes materiales, pero están espiritualmente empobrecidos. Estas y otras formas de pobreza se encuentran a nuestro alrededor.
En esta temporada de Acción de Gracias, podemos mostrar nuestro agradecimiento reconociendo el rostro de Jesús en los necesitados a nuestro alrededor, y dejándonos inspirar por nuestra gratitud para actuar al respecto. El Papa León compartió que el amor por los pobres y empobrecidos significa respetar su dignidad y su individualidad. Son personas hechas a imagen de Dios y son preciosas a los ojos de Dios. Son dignas de ayuda y apoyo.
Como proclamó Santa Teresa de Ávila: “Cristo no tiene cuerpo sino el tuyo, no tiene manos ni pies en la tierra sino los tuyos.” ¿Cómo puedes tú encontrar maneras, como pide el Evangelio, de alimentar y vestir a tus hermanos y hermanas en Cristo – y acoger a los extranjeros en medio de ti?
Nuestro Día de Acción de Gracias se vuelve santo cuando se vuelve generoso. Es en el dar donde verdaderamente expresamos nuestro agradecimiento al Señor.
Somos una sola familia, hoy y siempre. Les deseo la paz de Dios y oro por ustedes.
¡Que tengan un Día de Acción de Gracias bendecido!
Con mis más sinceros saludos personales, quedo
Fielmente en Cristo,
Reverendísimo William E. Lori
Arzobispo de Baltimore


