El sendero que caminamos

Proceso de Busquemos la ciudad venidera

ESCUCHAR
9-12 Meses

Desde el principio estamos escuchando.

Lo haremos cuidadosamente.

  • Visitaremos 62 instalaciones parroquiales y hablaremos con párrocos y líderes parroquiales.
  • Tendremos cuatro diálogos abiertos en oración (en persona) y 2 virtuales.
  • Lanzaremos y analizaremos una encuesta que estará accesible en línea y en papel.
  • Nos reuniremos con 13 grupos de Misión y Ministerio

Y luego compartiremos con todos lo que hemos escuchado y aprendido:

  • Reconectaremos con párrocos y parroquias.
  • Tendremos dos dialogos abiertos en oración adicionales.
  • Nos reuniremos nuevamente con los 13 grupos de Misión y Ministerio.

VISUALIZAR
4-6 Meses

¿Cómo re-imaginamos la Iglesia en Baltimore plenamente viva y reconstruida hacia el futuro?

Invitaremos a los feligreses y a los líderes parroquiales a dar una mirada integral a la presencia católica utilizando la información reunida.

  • Seis diálogos en oración animarán a todos a visualizar una renovación de la luz de Cristo en Baltimore.
  • Talleres alineados a cargo del liderazgo arquidiocesano y de algunos grupos de misión y ministerio explorarán las mismas preguntas que las discusiones en oración.

DISCERNIR
4-6 meses

Este es un tiempo de discernimiento.

Las recomendaciones preliminares se compartirán con todos. Todos serán invitados a considerar el impacto potencial de ellas en la misión evangelizadora de la Iglesia.

  • Seis diálogos abiertos en oración servirán para recibir comentarios tanto en persona como en formato virtual.
  • Trece sesiones grupales de Misión y Ministerio revisrán las recomendaciones desde una variedad de puntos de vista.
  • Encuesta en línea y en papel amplía el acceso a todos los fieles y los involucrados.

UN CAMINO
HACIA ADELANTE

Recomendaciones finales sobre cómo mejor dirigir nuestros recursos para mejor llevar adelante la labor del Evangelio como modelo para la evangelización en Baltimore.

Luego, comenzaremos juntos el desafiante trabajo de implementar las recomendaciones de este proceso.

  • Dos discusiones abiertas en oración permitirán preguntas y una comprensión más profunda de las recomendaciones.
  • Las conversaciones con algunos grupos de Misión y Ministerio examinarán cómo continuar conectando con los fieles a medida que avanzamos en el camino hacia la implementación de las recomendaciones.

Textos guía

Apocalipsis 21:3-5

Y oí una voz que clamaba desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios-con-ellos; él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado.» Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Ahora todo lo hago nuevo». Luego me dijo: «Escribe, que estas palabras son ciertas y verdaderas.»

Evangelii Gaudium 27

Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad. Como decía Juan Pablo II a los Obispos de Oceanía, «toda renovación en el seno de la Iglesia debe tender a la misión como objetivo para no caer presa de una especie de introversión eclesial»

Evangelii Nuntiandi 18

Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad: “He aquí que hago nuevas todas las cosas”. Pero la verdad es que no hay humanidad nueva si no hay en primer lugar hombres nuevos con la novedad del bautismo y de la vida según el Evangelio. La finalidad de la evangelización es por consiguiente este cambio interior y, si hubiera que resumirlo en una palabra, lo mejor sería decir que la Iglesia evangeliza cuando, por la sola fuerza divina del Mensaje que proclama, trata de convertir al mismo tiempo la conciencia personal y colectiva de los hombres, la actividad en la que ellos están comprometidos, su vida y ambiente concretos.

Busquemos la ciudad venidera (HEB 13:14)

Un proceso de escucha

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