Unidos en oración

Dios en el cielo, te damos gracias por tantas generaciones de católicas diversas que antes que nosotros trabajaron para construir a tu Iglesia en Baltimore. Te alabamos, porque a través de su fidelidad, recibimos tu don de fe, sacramentos, comunidad y servicio a nuestro prójimo. Te pedimos la gracia que necesitamos para reunirnos de nuevo, convocados por tu Palabra y por la presencia de tu Hijo en la Eucaristía, para responder a tu llamada, aquí y ahora, a buscar con alegría la ciudad venidera. 

Con la ayuda de María, Nuestra Reina, renueva nuestros corazones.  Danos valor para profundizar nuestro compromiso con nuestro Salvador, para ser testigos de su Evangelio a toda la gente de Baltimore, y para aceptar el desafío de soñar con valentía y volver a crear tu Iglesia en nuestra ciudad. 

Guíanos por tu Espíritu Santo, recemos con esperanza, para abrazar juntos lo que nos llamas a abrazar, y para dejar atrás lo que nos llamas a dejar, para tu gloria y el bien de nuestra Iglesia, por Cristo, nuestro Señor.  Amén.

Carta a los Hebreos 13:12-15

Por eso mismo también Jesús salió de la ciudad santa para sufrir su pasión y purificar al pueblo con su propia sangre. Salgamos, pues, del recinto sagrado para ir a su encuentro, y carguemos con su misma humillación, sabiendo que no tenemos aquí una patria permanente, sino que andamos en busca de la futura. Ofrezcamos a Dios en todo tiempo, por medio de Jesús, el sacrificio de alabanza, que consiste en celebrar su Nombre.

Inspiración de los Papas Recientes

Papa Francisco

  • “Pensando en el próximo Papa: un hombre que, a través de la contemplación de Jesucristo y de la adoración de Jesucristo, ayude a la Iglesia a salir de sí misma hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive ‘de la dulce y consoladora alegría de evangelizar’”. (notas manuscritas del 9 de marzo de 2013 para el discurso del cónclave papal, no. 4)
  • ” Quiero que se salga afuera… Quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos. Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir; si no salen se convierten en una ONG, y la Iglesia no puede ser una ONG. ” (Encuentro Con los Jóvenes Argentinos en el Día Mundial de la Juventud, Rio de Janeiro)

Documento de Aparecida

  • “Los fieles … en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo.” (no.10)
  • “Según nuestra experiencia pastoral, muchas veces, la gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que los grupos “no católicos” creen, sino, fundamentalmente, por lo que ellos viven; no por razones doctrinales, sino vivenciales; no por motivos estrictamente dogmáticos, sino pastorales; no por problemas teológicos, sino metodológicos de nuestra Iglesia.” (no. 225)

Evangelii Gaudium

  • ” Cuando la Iglesia convoca a la tarea evangelizadora, no hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal: «Aquí descubrimos otra ley profunda de la realidad: que la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión» . ” (EG, no. 10)
  • ” La Palabra tiene en sí una potencialidad que no podemos predecir. El Evangelio habla de una semilla que, una vez sembrada, crece por sí sola también cuando el agricultor duerme (cf. Mc 4,26-29). La Iglesia debe aceptar esa libertad inaferrable de la Palabra, que es eficaz a su manera, y de formas muy diversas que suelen superar nuestras previsiones y romper nuestros esquemas. ” (EG, no. 22)
  • ” La evangelización obedece al mandato misionero de Jesús: «Id y haced que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo lo que os he mandado» (Mt 28,19-20). En estos versículos se presenta el momento en el cual el Resucitado envía a los suyos a predicar el Evangelio en todo tiempo y por todas partes, de manera que la fe en Él se difunda en cada rincón de la tierra. ” (EG, no. 19)
  • “Los laicos son simplemente la inmensa mayoría del Pueblo de Dios. A su servicio está la minoría de los ministros ordenados. Ha crecido la conciencia de la identidad y la misión del laico en la Iglesia. Se cuenta con un numeroso laicado, aunque no suficiente, con arraigado sentido de comunidad y una gran fidelidad en el compromiso de la caridad, la catequesis, la celebración de la fe. Pero la toma de conciencia de esta responsabilidad laical que nace del Bautismo y de la Confirmación no se manifiesta de la misma manera en todas partes. En algunos casos porque no se formaron para asumir responsabilidades importantes, en otros por no encontrar espacio en sus Iglesias particulares para poder expresarse y actuar, a raíz de un excesivo clericalismo que los mantiene al margen de las decisiones. Si bien se percibe una mayor participación de muchos en los ministerios laicales, este compromiso no se refleja en la penetración de los valores cristianos en el mundo social, político y económico. Se limita muchas veces a las tareas intraeclesiales sin un compromiso real por la aplicación del Evangelio a la transformación de la sociedad. La formación de laicos y la evangelización de los grupos profesionales e intelectuales constituyen un desafío pastoral importante. ” (EG, no. 102)
  • “Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados. Esta convicción se convierte en un llamado dirigido a cada cristiano, para que nadie postergue su compromiso con la evangelización, pues si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos «discípulos» y «misioneros», sino que somos siempre «discípulos misioneros». ” (EG no. 120)

Papa Benedicto XVI

Lineamenta – XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos – La Nueva Evangelización Para la Transmisión de la Fe Cristiana

  • “El cristiano y la Iglesia o son misioneros o no son tales. Quien ama la propia fe se preocupará también de testimoniarla, de llevarla a los otros y permitir a los otros de participar en ella.” (no. 10)
  • “Puede evangelizar sólo quien a su vez se ha dejado y se deja evangelizar, quien es capaz de dejarse renovar espiritualmente por el encuentro y por la comunión vivida con Jesucristo.” (Lineamenta -, no.22)

Papa San Juan Pablo II

Redemptoris Missio

  • “Preveo que ha llegado el momento de dedicar todas las fuerzas eclesiales a la nueva evangelización y a la misión ad gentes [a todos los pueblos]. Ningún creyente en Cristo, ninguna institución de la Iglesia puede eludir este deber supremo: anunciar a Cristo a todos los pueblos.” (RM, no. 3)
  • “Nuestra época, con la humanidad en movimiento y búsqueda, exige un nuevo impulso en la actividad misionera de la Iglesia. Los horizontes y las posibilidades de la misión se ensanchan, y nosotros los cristianos estamos llamados a la valentía apostólica, basada en la confianza en el Espíritu ¡El es el protagonista de la misión!” (RM, no. 30)
  • “El testimonio evangélico, al que el mundo es más sensible, es el de la atención a las personas y el de la caridad para con los pobres y los pequeños, con los que sufren. La gratuidad de esta actitud y de estas acciones, que contrastan profundamente con el egoísmo presente en el hombre, hace surgir unas preguntas precisas que orientan hacia Dios y el Evangelio. Incluso el trabajar por la paz, la justicia, los derechos del hombre, la promoción humana, es un testimonio del Evangelio, si es un signo de atención a las personas y está ordenado al desarrollo integral del hombre.” (RM, no. 42)

Novo millennio ineunte

  • “Esta pasión suscitará en la Iglesia una nueva acción misionera, que no podrá ser delegada a unos pocos « especialistas », sino que acabará por implicar la responsabilidad de todos los miembros del Pueblo de Dios. Quien ha encontrado verdaderamente a Cristo no puede tenerlo sólo para sí, debe anunciarlo.” (NMI, no. 40)

Papa San Pablo VI

Evangelii Nuntiandi

  • “…se ha podido definir la evangelización en términos de anuncio de Cristo a aquellos que lo ignoran, de predicación, de catequesis, de bautismo y de administración de los otros sacramentos.” (EN, no. 17)
  • “La Buena Nueva proclamada por el testimonio de vida deberá ser pues, tarde o temprano, proclamada por la palabra de vida.” (EN, no. 22)
  • “No hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret Hijo de Dios.” (EN, no. 22)
  • “La evangelización también debe contener siempre —como base, centro y a la vez culmen de su dinamismo— una clara proclamación de que en Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, se ofrece la salvación a todos los hombres, como don de la gracia y de la misericordia de Dios.” (EN, no. 27)
  • “La evangelización no sería completa si no tuviera en cuenta la interpelación recíproca que en el curso de los tiempos se establece entre el Evangelio y la vida concreta, personal y social, del hombre. Precisamente por esto la evangelización lleva consigo un mensaje explícito, adaptado a las diversas situaciones y constantemente actualizado, sobre los derechos y deberes de toda persona humana, sobre la vida familiar sin la cual apenas es posible el progreso personal[60], sobre la vida comunitaria de la sociedad, sobre la vida internacional, la paz, la justicia, el desarrollo; un mensaje, especialmente vigoroso en nuestros días, sobre la liberación.” (EN, no. 29)

Pope St. John XXIII

Princeps Pastorum

  • “Todo cristiano tiene que estar convencido de su deber primero y fundamental, el ser testigo de la verdad en que cree y de la gracia que le ha transformado..” (PP, no. 16)